YUSA, CANTAUTORA CUBANA
De Cuba al mundo
Expresión del mestizaje que impregna la cultura de su país, sus días transcurren hoy entre Buenos Aires y La Habana. En esta entrevista, habla de su formación, de cómo conoció la música argentina y del momento que vive la región.
“Ahora, hay más apertura en Cuba y las personas tienen la posibilidad de ver el fruto de su propio esfuerzo”, apunta Yusa.
Foto: Natalia Laclau
Comenzó a estudiar música a los 6 años. Ingresó al conservatorio y se formó, a tiempo completo, en guitarra, chelo y piano, a menudo con docentes que provenían de la Unión Soviética. Integró después bandas de música tradicional cubana, rock y jazz, hasta que, en 2001, inició su carrera solista. Desde entonces, Yusa ha hecho varios discos, incluyendo uno grabado en vivo en el célebre Ronnie Scott’s, de Londres.
“En una isla como Cuba, es muy difícil estar al margen de lo que sucede popularmente. Incluso los nombres de las escuelas en los conservatorios en los que estudié son de maestros que integraron lo popular en la música clásica”, dice Yusa. Y explica que la música cubana es “muy mestiza”, como resultado de una transculturación que se manifiesta en una multiplicidad de géneros, con influencias cruzadas.
–¿Cuándo tomaste contacto con la música popular argentina?
–De hecho, formaba parte de nuestra música en los 70, los 80, cuando había muchos exiliados argentinos en Cuba. Eso dio como resultado que nos acercáramos a géneros como el chamamé, la chacarera. Incluso en la propia música clásica, se tocaban zambas, milongas. Escuchábamos el rock and roll de la época: Charly García, Spinetta, Soda Stéreo eran los referentes más importantes de la Argentina para los jóvenes. Y al mismo tiempo, la descendencia de Mercedes Sosa, que iba mucho a Cuba. A Cuchi Leguizamón, los Hermanos Ábalos, los conocí a través de ella. Lo mismo que a Fito, León Gieco, Baglietto.
–¿Cuándo viniste acá por primera vez?
–En diciembre de 2008. Vivo entre la Argentina y La Habana. Ahora, tengo acá la oficina, mi otro puesto de mando. Y no es casual. Tiene que ver con muchos cambios que yo había hecho. No le puedo dar una explicación lógica porque conspiraron muchas cosas. Nunca viví fuera de Cuba y el hecho de comenzar una relación amorosa acá también me influyó.
–¿Cómo ves a Latinoamérica hoy?
–Creo que estamos ganando mucho terreno. Ahora, se está hablando de una unidad que no existía hace unos años. Está volviendo a tomar fuerza el concepto latinoamericano. Hay mucho por delante porque es un trabajo de todos y la concientización, la información, la educación es lo más importante. Latinoamérica es muy rica en recursos, pero pobre en propuestas. Está sucediendo que la mujer está mucho más presente; se están tomando temas que eran tabú hace algún tiempo.
–¿Cómo vivió Cuba el tránsito desde la caída de la Unión Soviética?
–Yo tenía 15 años. Ese cambio tan fuerte más bien lo vivieron mis padres. Esa crisis también dio como resultado la conciencia de que el paternalismo a veces hace daño. Ahora, hay mucha más apertura en cuanto a lo que tiene que ver con el trabajo y con el desarrollo de Cuba: las personas tienen la posibilidad de ver el fruto de su propio esfuerzo. Creo que eso es lo que va a hacer que luchemos para adelante.
–¿Cuáles son tus planes con la música?
–Seguir haciendo mi música como siempre. No trabajo pensando mucho en el futuro. Nunca he hecho concesiones, ni mucho menos me preparo tanto para cosas que tienen que ver con mi día a día, que es esto. Nunca tuve que dedicarme a otra cosa que no fuera esto, con lo cual siempre me tomo mi tiempo. Ahora, estoy grabando con artistas de otros países y tengo el proyecto de hacer giras en Brasil. Con optimismo, me veo haciendo esto toda la vida. El proyecto es siempre estar en la música.
N. L.
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