DESAFÍOS DE LA MANO DE MODELOS QUE APUESTAN A LA PRODUCCIÓN
Una nueva etapa para la ciencia
Durante un encuentro internacional en Buenos Aires, el ministro Lino Barañao subrayó la relación entre conocimiento y calidad de vida. Y el subsecretario de Asuntos Estratégicos de Brasil explicó por qué la región debe trabajar en bloque.
“La Argentina se está ubicando nuevamente en el escenario de la ciencia competitiva mundial, en todas las áreas y disciplinas”, dijo Barañao.
Foto: Ezequiel Sánchez
Entre fines de septiembre y comienzos de octubre, se desarrolló en Buenos Aires la 24 reunión anual de la Academia Mundial de Ciencias para Países en Desarrollo (TWAS, por su nombre en inglés). Participaron ministros y representantes de distintos organismos de Ciencia y Tecnología de China, India, Brasil, México, Italia, Suecia, Nigeria, Etiopía y Sudáfrica. La apertura de las sesiones estuvo a cargo de Lino Barañao, titular del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, creado en 2007 por iniciativa de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Entre los participantes, se encontró Ricardo Paes de Barros, subsecretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de Brasil, que disertó sobre las políticas contra la inequidad aplicadas en su país y concedió posteriormente una entrevista a La Vanguardia.
Durante su discurso inaugural, Barañao recordó que “los científicos fueron considerados peligrosos durante las dictaduras militares o descartables desde el enfoque neoliberal de los gobiernos democráticos; había que elegir entre irse o vivir con menos de 100 dólares”. En tal sentido, y como primer dato de balance de gestión, resaltó que “luego de mucho tiempo estamos celebrando la repatriación del científico número mil”. Y apuntó: “La Argentina se está ubicando nuevamente en el escenario de la ciencia competitiva mundial, en todas las áreas y en todas las disciplinas. Aspiramos a adquirir las buenas prácticas del conocimiento para que la ciencia que hacemos sirva para mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos”.
Por su parte, el presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Roberto Salvarezza, se refirió a la situación de la entidad y los desafíos que se plantea. “Hay que participar activamente en las actividades de transferencia del conocimiento, no sólo tecnológico: por ejemplo, el trabajo en los hospitales públicos a través de la medicina traslacional [concepto que alude al proceso de aplicar la ciencia básica a la resolución de problemas médicos cotidianos] o el aporte de las ciencias sociales para mejorar las gestiones municipales”, señaló.
Paes de Barros se graduó en Ingeniería Electrónica del Instituto Tecnológico de Aeronáutica de su país, en 1977; es máster en Estadísticas del Instituto de Matemática Pura y Aplicada y doctor en Economía en la Universidad de Chicago; en 2009, fue elegido miembro titular de la Academia Brasileña de Ciencias. En diálogo con La Vanguardia, sentó su posición respecto de la ciencia y su aplicabilidad en términos sociales, explicó cuál es el perfil de las políticas que su país aplica en la materia y opinó sobre los problemas que advierte en el resto de los países de la región.
“Nosotros manejamos tres ejes que nos han dado resultado. Uno es la educación: si el pueblo no tiene acceso a ella, no es posible la inclusión; hoy, los empleos genuinos son posibles de lograr cuando una persona está preparada, tiene sus conocimientos y puede así también defender su fuente de trabajo. Otro de los caminos fundamentales es el acuerdo político necesario para que trabajadores y sector privado puedan mantener un crecimiento sustentable en cuanto a las ganancias de cada lado. Por último, la aplicación de una planificación científica testeada: el problema en nuestra región, mayormente, es que las políticas sociales varían según los estados y los municipios, por lo cual la cuestión se torna inmanejable. Esto se da porque se discute demasiado desde teorías ideológicas, y no se enfoca el trabajo en la resolución efectiva de los problemas concretos que hay en nuestras sociedades. Tiene que existir cierta cohesión en cuanto a esas políticas, que deben ser empíricamente comprobadas. Los resultados de las políticas que se elaboran a partir de datos concretos, deben ofrecer soluciones concretas: si se comprueba que el plan A es efectivo para el tratamiento del cáncer, hay que aplicar ése, y no el B, ni el C. También puede ser que se compruebe que los planes A y B lleguen a la solución del problema por distintas vías teóricas; en este sentido, no tiene caso discutir qué programa se ajusta más a las teorías científicas a las que cada investigador adhiere. Si está probado que determinada política es efectiva para la solución de un problema X, no se puede hacer una asamblea en la que todos discutamos desde el plano ideológico si nos satisface o no. En eso los países asiáticos, tienen más cohesión y no discuten tanto: si el problema fue resuelto de una forma determinada, eso no se mueve y se mantiene”, argumentó el científico brasileño.
Respecto de cómo conseguirá su país mantener las conquistas socioeconómicas logradas desde que el PT es gobierno, Paes de Barros explicó: “El problema que atraviesa Brasil en estos tiempos es cómo sostener el crecimiento en cuanto a la participación de los trabajadores en el PBI. Mientras esa participación crecía, las ganancias de las empresas crecían sostenidamente. Hoy, para mantener ese nivel de salario, es necesario que aumente la productividad de las empresas: el crecimiento de esos salarios no está reportando el valor agregado necesario para que el aumento en la productividad se haga efectivo, y si eso no ocurre es poco factible que el reparto de ganancias se mantenga equitativo, e incluso que crezca a favor de los trabajadores que tienen empleo y que más trabajadores ingresen en el sistema productivo. El crecimiento del salario se ha dado en Brasil en el marco del trabajo de las personas en el sector privado, es decir que se trata de un crecimiento en el marco de empleos genuinos”.
–Cuando se refiere al sector privado, está hablando del poder económico. ¿Existe un límite para las ganancias de esas empresas, teniendo en cuenta que en Latinoamérica, y en particular en Brasil, la deuda con los pobres e indigentes fue, y es, muy alta?
–El sector privado se ha beneficiado durante décadas de las altísimas ganancias que les reportaban las políticas neoliberales impuestas por la región. Es —y lo ha sido siempre— muy complejo lograr acuerdos que impliquen una mayor participación del empleo en las ganancias. Eso se ha logrado a partir de esos acuerdos: se trata de cómo lograr que esas ganancias se puedan compartir, sin afectar la productividad, que en definitiva es lo que permite esos acuerdos. Y es preciso que exista una política de Estado que se mantenga a través de los gobiernos, cualquiera sea el signo político que ellos representen: ésa es la manera de mantener un crecimiento sustentable tanto para el sector privado como para el de los trabajadores.
–El actual titular del ministerio de Defensa brasileño, Celso Amorim, se preguntaba en una reciente entrevista: “¿Por qué en vez de competir sobre qué heladera es mejor, si una hecha en Argentina u otra en Brasil, no hacemos una juntos?” ¿Qué opina al respecto?
–No es fácil llegar a una cosa así, porque los países compiten, no sólo en el plano económico y en el nivel internacional; existe el factor que tiene que ver con un sentido de pertenencia a un país, una nación, una comunidad. Y el mercado global es una selva. Sin embargo, sí creo que tenemos que seguir trabajando políticamente en los ámbitos creados en la región para lograr objetivos comunes. A través de las políticas en bloque será posible ir alcanzando los objetivos. Europa, con todas las crisis que atraviesa, se mantiene en bloque. La producción de aviones entre Alemania, Inglaterra y Francia compite con los Estados Unidos. Si los europeos, con todas las diferencias, pudieron generar un bloque y lo sostienen, cómo no podríamos hacerlo nosotros, en una región en la que se hablan sólo dos idiomas distintos.
–¿Qué políticas son necesarias para llegar a construir un bloque fuerte en América latina?
–Hay que pensar. ¿Por qué no generarun centro económico común entre Buenos Aires y San Pablo? Ninguna de las dos bolsas es tan fuerte como para competir con Europa, Nueva York o Tokio. O fabricar aviones en conjunto. Tenemos que trabajar en los niveles científico y político. La región no tiene otra salida: el mundo de hoy se constituye en bloques, eso es inexorable. Por nuestros pueblos, debemos trabajar en ese sentido.
Ezequiel Sánchez
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