MACRI NO CUMPLE CON LA LEY DE BASURA CERO

En vez de reducirse, como lo establecía el régimen aprobado en 2005, los envíos de la Ciudad al CEAMSE no dejan de aumentar. El plan presentado ante el reclamo de Scioli contiene metas que difícilmente se cumplan.

Foto: Ceamse

Una carta, a partir de la cual se podía esperar alguna solución de fondo, inició un nuevo capítulo en la larga disputa por la generación residuos sólidos urbanos que mantiene enfrentados a varios municipios de la provincia de Buenos Aires con el Gobierno de la Ciudad.

La advertencia pública fue realizada el 29 de noviembre por el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, y fue dirigida al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. Allí, el mandatario provincial intimó a la Ciudad a cumplir con la ley N° 1.854, denominada de Basura Cero, y amenazó con prohibir el ingreso a los rellenos sanitarios de los desechos producidos en la Capital si no acataba la norma. Según expresa el comunicado de Scioli, le intención fue “requerirle a Mauricio Macri el cumplimiento de los propios actos de esa Ciudad (ley 1.854), para que en tiempo perentorio se adecue el envío de residuos sólidos urbanos a la cantidad y calidad, previo tratamiento, dispuestos normativamente”. Para ello, y con el fin de hallar una solución, el gobernador solicitó una reunión con las autoridades porteñas.

La ley, que se encuentra actualmente en plena vigencia, fue sancionada en 2005 y en su artículo segundo destaca: “Se entiende como concepto de ‘Basura Cero’, en el marco de esta norma, el principio de reducción progresiva de la disposición final de los residuos sólidos urbanos, con plazos y metas concretas, por medio de la adopción de un conjunto de medidas orientadas a la reducción en la generación de residuos, la separación selectiva, la recuperación y el reciclado”. Si algo ha estado lejos de cumplir la gestión macrista durante su mandato es la reducción de los residuos producidos, tal como lo indica la ley. No sólo eso: ha incrementado de manera considerable la cantidad de desechos sin ningún tipo de tratamiento que envía al relleno sanitario de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE).

En relación con el objetivo referido, el artículo 6 de la norma establece que “la autoridad de aplicación fija un cronograma de reducción progresiva de la disposición final de residuos sólidos urbanos que conllevará a una disminución de la cantidad de desechos a ser depositados en rellenos sanitarios”. Las metas serán de 30% para 2010, de 50% para 2012 y de 75% para 2017, respecto de los niveles enviados al CEAMSE en 2004. Para 2020, la ley prohíbe “la disposición final de materiales tanto reciclables como aprovechables”.

El ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño informó que durante 2004 la ciudad de Buenos Aires había enviado 1.497.656 toneladas de residuos al relleno sanitario. Durante 2012, tomando en cuenta las metas que establece la ley, la Ciudad no debería mandar más de 748.898 toneladas, es decir, 50% menos que en 2004. Sin embargo, según las autoridades de la CEAMSE, durante el corriente año, la Capital terminará remitiendo aproximadamente unas 2.100.000 toneladas de residuos. En consecuencia, no sólo no se redujo la producción de basura, sino que se incrementó en 180%, haciendo caso omiso de las normas vigentes.

Actualmente, los desechos son enviados al Complejo Ambiental Norte III, ubicado en el partido bonaerense de José León Suárez, municipio de General San Martín. Como todos los rellenos sanitarios, el Norte III cuenta con una capacidad limitada. Se presume que, si se mantienen los volúmenes que recibe actualmente, se completaría en 2013 el espacio disponible.

“Los rellenos sanitarios tienen una vida útil, como la tuvieron los de Villa Domínico y Ensenada. Cuando finaliza la vida útil se buscan otras alternativas, y mirando hacia el futuro no podemos pensar que otro gran relleno va a reemplazar al Norte III. Vamos a tener que pensar en rellenos regionales donde se entierre la menor cantidad de basura posible, previamente tratada”, señaló el gobernador con referencia al futuro de ese complejo.

Los municipios del conurbano son los más afectados por la creciente producción de basura por parte de la Ciudad. “Macri se había comprometido a generar menos basura a través del reciclado y la recolección diferenciada y, lejos de eso, la Capital Federal produce cada vez más residuos domiciliarios”, dijo al respecto el intendente del partido de La Matanza, Fernando Espinoza.

Tras las irrefutables pruebas numéricas expuestas en la carta de Scioli, que reflejaron el incumplimiento de la ley de Basura Cero, Macri se defendió diciendo que el gobernador “hace lo que le dice el kirchnerismo”. En esa misma sintonía de carencia argumental, su jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, justificó el incremento de desechos aduciendo que “todos los días entran 3 millones de personas que también generan basura en la Ciudad”.

Después de estos cruces de declaraciones, durante los primeros días de diciembre, se llevó a cabo la reunión solicitada por Scioli, de la que participaron Macri, Rodríguez Larreta y el ministro de Ambiente, Diego Santilli. Por su parte, el gobernador estuvo acompañado por el jefe de Gabinete de Ministros, Alberto Pérez, y el titular del Organismo para el Desarrollo Sostenible, Hugo Bilbao. En el encuentro, Scioli y Macri llegaron a un acuerdo sobre la base de un plan —difícilmente ejecutable— presentado por este último, que prevé reducir de manera escalonada el envío de basura, hasta alcanzar una disminución de 78% en junio de 2014. De acuerdo con esas previsiones, la Ciudad limitará el volumen remitido a 5.440 toneladas diarias desde el 1 de enero de 2013; a 4.280 desde marzo; a 4.150 desde julio y a 3.350 en noviembre. Para julio de 2014, los despachos no deberían superar las 1.350 toneladas diarias.

El gobernador se mostró conforme con la propuesta y destacó como una “reacción positiva” la promesa hecha por Macri. Sin embargo, y pese a su expresión de confianza, Pérez aclaró que en el documento firmado quedó establecido que, “en caso de que el gobierno porteño incumpla cualesquiera de las metas de reducción antes comprometidas, se procederá a rechazar válidamente el ingreso de camiones” a la CEAMSE. Posteriormente, en declaraciones radiales, Larreta sostuvo que “la Ciudad utilizará tecnologías térmicas de tratamientos de residuos para alcanzar la meta prometida”. Ante ello, varios grupos ambientalistas advirtieron sobre el riesgo de que la reducción del enterramiento se haga sobre la base de la incineración de residuos, algo que está expresamente prohibido en el artículo 7 de la ley de Basura Cero, y solicitaron al gobierno porteño que aclare cuáles son los tratamientos térmicos que utilizará. En efecto, ese artículo establece taxativamente: “Quedan prohibidos la combustión, en cualquiera de sus formas, de residuos sólidos urbanos con o sin recuperación de energía. Asimismo queda prohibida la contratación de servicios de tratamiento de residuos sólidos urbanos de esta ciudad, que tengan por objeto la combustión, en otras jurisdicciones”.

La fundación Greenpeace afirma desde su sitio web que “en un plan de Basura Cero es primordial fijar objetivos claros y estimulantes para reducir progresivamente el enterramiento de residuos sin incineración”. Pero el problema del crecimiento de la generación de basura en la ciudad de Buenos Aires no puede ser adjudicado a una presunta falta de claridad de los objetivos en la ley vigente, cuando, desde hace cinco años, se produce un incumplimiento constante de la norma por parte del gobierno porteño.

Teniendo en cuenta las declaraciones del ministro Santilli, en las que aseguró que, “para llegar a los números acordados con el gobernador Scioli, la Ciudad posee un plan maestro sobre higiene urbana”, resulta inevitable interrogarse acerca de la forma en que se aplicará, teniendo en cuenta que no se pudo llevarlo a cabo durante todo un lustro y ahora se pretende alcanzar sus objetivos en poco más de un año. Con los antecedentes de la gestión PRO y su falta de apego al cumplimiento de las leyes, hasta al más optimista le resultará utópico imaginar la aplicación del programa de reducción de residuos propuesto por Macri.

Gabriel Montoya